Las capillas de barrio según
Carlos Alfonso Ledesma, son de limitado tamaño y poseen funciones suficientes y con elementos para llevar a cabo un rito litúrgico
como: atrio, coro, nave, presbiterio etc. cada uno de estos tiene un
significado específico y simbólico
dentro del lenguaje cristiano, cabe señalar que por su condición las capillas
no podían ofrecer todos los servicios a los devotos como los sacramentos que
tenían que ir hasta la parroquia en la cual su jurisdicción pertenecía, además no contaban con un sacerdote encargado, los actores
principales de la organización son los mayordomos que como un grupo líder se ocupaban
de la conservación y la construcción de
las capillas además de que la ya mencionada debía tener un santo patrono que
como resultado formaba fuertes identidades de un pueblo pues mediante las celebraciones y
fiestas , la colectividad se organizaba y convivían haciendo que estos actos
formaran parte importante de su vida y sus relaciones sociales .[1]
Carlos Alfonso Ledesma
Ibarra cree que el barrio parte indispensable para explicar y comprender la
función de estas iglesias pues este también se considera como una unidad
política, social y religiosa la cual posee cierta autonomía con algunas de sus características que le son
heredadas del alteptl, así mismo los adoratorios que como precedente son los calpullis que gozaban un lugar para adorar a su dios tutelar que
funge como defensor de la comunidad, y el adoratorio traído a esta época actúa
como integrador y afirmación de
habitantes así como resalta la producción comunal, siempre regida del santo
patrón.[1]
[1]
Ledesma Ibarra Carlos Alfonso, Capillas
de Barrio en Maninalco, Universidad Autónoma del Estado de México ,Toluca,
México , 2008
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